Continuando con mi recuento me llega a la memoria una verguenza que me pasó en una discoteca de Suiza. Allá todo es una mezcla de culturas muy diversas. Una noche me invitaron a una discoteca llamada "Miami", de nombre americano, donde colocaban música latina: salsa, merengue y bachata, el disc jokey era árabe y el lugar estaba lleno de suizos y latinos. Imagínense ustedes la mezcla.
Al poco rato de llegar al sitio se me acerca una chica rubia bien bonita y me dice en un español bastante entendible que desea bailar conmigo. Waooo! Estaba que me reía por dentro, pero había un gran problema, el set de música que estaban tocando era de Salsa. Y ahí es donde estaba el lío, yo no se bailar salsa ni nada parecido. Ella se quedó un poco defraudada y me preguntó si yo era latino. Le dije que si, pero que no bailaba salsa. Para ella eso fue casi un insulto, me dijo que los latinos llevamos la salsa por dentro y que ellos tenían que ir a escuelas de baile para aprender a bailar ritmos tropicales, me dijo otras cosas más que no le entendí muy bien. Era de nacionalidad italiana.
Al poco rato de llegar al sitio se me acerca una chica rubia bien bonita y me dice en un español bastante entendible que desea bailar conmigo. Waooo! Estaba que me reía por dentro, pero había un gran problema, el set de música que estaban tocando era de Salsa. Y ahí es donde estaba el lío, yo no se bailar salsa ni nada parecido. Ella se quedó un poco defraudada y me preguntó si yo era latino. Le dije que si, pero que no bailaba salsa. Para ella eso fue casi un insulto, me dijo que los latinos llevamos la salsa por dentro y que ellos tenían que ir a escuelas de baile para aprender a bailar ritmos tropicales, me dijo otras cosas más que no le entendí muy bien. Era de nacionalidad italiana.
Despues de un buen rato sonó un merengue encendío del torito y me dije ahora es. Ubiqué a la italiana y me le acerque dispuesto a todo. Bailé con ella un set completo de merengue y luego otro de bachata y pude así limpiar mi honor. No importa lo lejos que te encuentres de tu país, en el mismo instante que suena un buen merengue o una bachata se te mete un cosquilleo por los pies y te dan ganas inmensas de bailarlo. Al final me quede buen rato con la italiana, me dijo que daba clases de salsa en una escuela. Me dió su número para que salieramos y me dijo que me iba a enseñar...
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