Cuestión de vida o “Desastre”

Aquella noche me tocaba clases de ecuaciones de diferenciales. Como la 5ta matemática del pensum de industrial en la UASD. La clase de 7:00 p.m. a 10:00 p.m. y el profesor era de esos que tienen pilas nuevas y despachan a las 10:00 rayando. El problema no era la hora era que no me sentía bien. Me había comido unas empanadas temprano como a las 5:00 de esas que venden en la calle Correa y Cidrón y no me cayeron muy bien. Tremendo error el mío. El estómago se me descompuso y como a las 9:45 salí disparado como un cohete, en busca del baño más cercano. En un gran dilema me encontraba, escoger un baño de la UASD y mucho peor al final del día. Pero era cuestión de vida o “desastre”. Me aventuré a los mas cercanos y no pude dar mas de un par de pasos después de la puerta y tuve que devolverme conteniendo la respiración. Los sudores me comenzaron a bajar por la frente y me sentí las manos frías y sudorosas. Salí de la facultad crucé la calle y me dirigí al Colegio Universitario. Ahí encontré uno más o menos decente y procedí como si fuera un concurso de velocidad. En medio de la operación me encontraba terriblemente mal, no paraba de sudar. Decidí entonces quitarme el t-shirt antes de que se empapara por completo. Lo coloqué en el borde lateral del cubículo junto a dos cuardenos que ya ha había puesto ahí previo a la rápida incursión. Mi segunda desgracia ocurrió un par de minutos mas tarde cuando me levanto para dar por concluida la emergencia. En ese momento no se como sin querer le topé los cuadernos y éstos se vinieron abajo, directo al centro junto con todo y t-shirt. Que maldita mala suerte me dije a mi mismo. Esa son vainas que nada mas me pasan a mí. Ahora ya pasaban de las 10:00 p.m. y me encontraba sin camisa en un baño de una universidad que estaban a punto de cerrar. Así que tuve que hacer algo inesperado. Tuve que sacar el t-shirt y lavarlo a mano en uno de los lavamanos. Por suerte había agua pero no había jabón. Lo lavé y lo exprimí hasta más no poder. Después lo sacudí varias veces y salí del la universidad como un zorrillo. No me atreví a montarme en ningún carro público.Tuve que subir hasta la 27 y después caminar hasta la Defilló para llegar a mi casa. Cuando llegué me bañé hasta con cloro. Siempre recuerdo esto como una de mis peores experiencias. Bainas que solo me pasan a mí.

Relato de un amigo y hermano, Omar.